Fenómenos / 2018

Serigrafías plegadas.

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La ciencia y la poesía, el arte y el diseño, la lógica y la narrativa constituyen inseparables aspectos de un mismo universo humano. Un calidoscopio es un dispositivo de producción de operaciones de simetría; un telescopio, uno que busca por el universo la realidad de cuerpos celestes matemáticamente imaginados. 

Hace justo un mes, mientras Patricio Escobedo estaba preparando para su exhibición las diez obras reunidas en la sala central de esta muestra (y hay más, distintas en su lógica generativa, en trastienda), un programa informático desarrollado por Katie Bowman permitía a un proyecto internacional impulsado por Heino Falcke fotografiar por primera vez, combinando el poder de 8 observatorios, un agujero negro

La idea de un cuerpo con un máximo de masa en un mínimo de volumen, tan denso que su fuerza de gravedad atrapara incluso la luz, viene del tiempo de Newton; fue hipotetizada con la teoría de Einstein y no tuvo nombre hasta 1967. De aquella época recuerdo un dibujito animado del Gato Félix. Va con un redondel negro bajo el brazo; lo pega en una pared y pasa a funcionar como un boquete que le permite pasar al otro lado. Lo despega y sigue caminando, muy contento con su portal portátil.

Mi asombro infantil ante aquella escena –comparable al del astrónomo y pastor Falcke cuando cincuenta años después vio al monstruo de su sueños retratado desde más de 50 millones de años luz de distancia– es compartido por una generación que creció entre la amenaza nuclear y la carrera espacial. Patricio Escobedo pertenece a esta generación. Con Gabriela Gabelich, curadora de esta exposición, sospechamos los tres (en la línea de pensamiento histórico epistemológico de Las palabras y las cosas, de Michel Foucault) que hubo un momento histórico preciso, un «horizonte de lopensable» (Foucault, 1966), un punto de inflexión antes del cual una elipse negra pintada sobre una superficie era vista como una forma plana, y después del cual empezamos a percibirla como un agujero tridimensional. ¿Fue al introducir las leyes de la perspectiva en la representación de los objetos? ¿Y desde cuándo esa inocente elipse empezó a parecernos un abismo profundo que nos atraía con su gravedad irresistible y que podría chuparnos para siempre si nos acercábamos demasiado?

John Wheeler, inventor del término black hole, rebautizó al puente Einstein-Rosen como wormhole, o «agujero de gusano». Patricio enseña Morfología en la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto. De su maestro Enrique Longinotti transmite la idea de un «laboratorio de formas»: una práctica poética constante de experimentación gestáltica de donde surgen discursos visuales en un lenguaje de imágenes que le cuentan cosas a la percepción, sin la cual no serían imágenes. 

Beatriz Vignoli, Rosario, 10 de mayo de 2019.

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97.o Salón Anual Nacional de Santa Fe (foto gentileza Museo Rosa Galisteo del Gobierno de la Provincia de Santa Fe) / Gabelich Contemporáneo, Rosario, 2019 / Casa Nacional del Bicentenario, Concurso de Artes Visuales Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2018 / Álbum n.º 5, Máquina Abstracta, Espacio Colón, Córdoba, 2022.