Témpera sobre papel.
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Al inicio de Perorata del apestado Bufalino escribe: «De los árboles solo alcanzaba a soñar los nombres, y he tardado en aprender a incorporar las formas a los nombres.»
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Sharon Olds en su «Glosario de pensamientos» enumera algunos sobrenombres de estas flores: Buenamor, Cosquillero, Besos de terciopelo, Bésameaqui, Flor-de-Cupido, Besame-ya.
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El árbol que esta en las veredas de mi calle, el Bauhinia, es también Pezuña de buey, Pata de vaca, Árbol orquidea; la Sansevieria del jardín es Rabo de tigre, Cola de lagarto, Espada de san Jorge.
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A eso de las 10 de la mañana, si es otoño, en la terraza de mi casa da una luz de sol nítida y rasante. Hay un pequeño grupo de macetas ubicadas al frente y la luz del sol proyecta sus sombras sobre el piso, como si fueran otro jardín desprendiéndose del original. Un doble sin detalles. O, mejor observado, con los detalles que absorbe del piso. Si uno se queda mirando un rato, el nuevo jardín va cambiando ante nuestros ojos, encogiéndose o alargándose hacia un lado y hacia el otro.
Dibujé las sombras de algunas plantas calcándolas directamente del piso. Cuando estaba pintándolas, mientras trataba de resolver cierta indecisión, asomó el conocimiento residual de un tipo de fotografías: los kirlogramas. Buscando en Google encontré que son imágenes generadas por cámaras Kirlian y que representan los campos electromagnéticos que rodean a los objetos. En las imágenes, la figura es definida por la corona de halos a su alrededor. Según los aficionados más esotéricos, puede capturarse el aura de las cosas fotografiadas.
El nuevo jardín fantasma se incorporó con docilidad al que está en la terraza de mi casa, al de las sombras, al de los nombres. Todos son mis jardines.
Patricio Escobedo, Rosario, 2020
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He construido un jardín, Florencia Echevarria y Patricio Escobedo, Gabelich Contemporáneo, Rosario, 2021-2022.
patricio-escobedo.com 